allí
yo elucidaba misterios que nacían en la yema misma de los dedos
cálidos trasvasamientos confluían en sus dunas
—terremotos momentáneos, largos sonidos—
y con la misma rapidez con que se dice
“Ábrete, Sésamo”
tu espalda —mineral sombrío— se abría
Analía Pinto
Mención de Honor en el 7º Concurso JunínPaís 2008
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