EL POEMA QUEMA
el poema quema y yo sigo escribiendo las pelotudeces acostumbradas / dónde está él / el que pájaro que cogió, voló y se fue / dónde estoy yo / la que se dejó pirovar, pistolear y pirar / el poema quema y yo sigo / me pregunto imbecilidades del íntimo sacro y último hueso del coxis carnudo / como si fueran las preguntas esenciales de la existencia / la existencia / con cursiva / ¿qué carajo es la existencia? / —guarda que ahí vienen las preguntas— / pero el poema quema, boluda / no sigas preguntando / hacé algo, piba / dejá de inquirir como griega peripatética paseando por su academia pandemia oligofrenia / hacé que el verso / —pero qué mierda es EL verso— / te coja más desprevenida de lo que te encontró él tantas veces / el pájaro cantor, sí / el músico / el único / el de la barba chiíta / el más monstruo de todos / el cíclope del amor / pero el POEMA quema, che / basta de regodearte en el regodeo de lo que sólo a tu alma solita concierne / pero ¿qué me concierne entonces? / ¿con qué hago mi poema de nena lela? / sigue preguntando la tipa / no ceja / la preguntona la preguntaina la posesa sin respuesta / el poema quema, baby, ¿no lo oís crepitar en la puerta de tu hornito? / quema / se está quemando / es la leña de la gran pira del mundo / la hoguera de Hawthorne / es una llamarada que lame con su fuego el borde de tu pie lampiño / el poema quema / está quemando su petróleo ígneo / su combustión es la única que deja ver / su fuego quema como un juego / sólo se te chamusca un poquito el pelo / o los cordones de las zapatillas / —pero las zapatillas ahora no tienen cordones, ¿se dieron cuenta?— / el poema quema y yo sigo escribiendo las pelotudeces acostumbradas / que si lo quise y él no / que si escribo palabras raras / ¿qué catzo es una palabra rara? / que si pongo fornifolleo, culipateo / que si digo astorcielo o zappaferno / que si Huidobro o Girondo ya lo hicieron y a mí me importa un huevo / que si rima o no rima / ¡qué mierda, que rime, carajo! / porque el poema quema / se hace trizas en la garganta / crece como mis bebés en el útero / tuve hijos / —y no eran de él— / tuve hijos que no sobrevivieron / porque el poema quema y es lo único que me sobrevivirá / creo / sobre todo si me dejo / —como me dejé con él— / violar violentar vibrar por su cuerda cuerda / la del poema / porque quema / sabelo / —sépanlo— / el poema / el mío y el de cualquiera / QUEMA / su fuego es bienhechor pero traicionero / se apaga cuando la maquinita poética se adueña de la mano que lo quiere empuñar como un arma cargada de futuro o de amor del bueno / se apaga como por arte de birlibirloque cuando el poeta dice una y otra vez lo mismo y lo mismo y lo mismo / como en un looping / o un pamtung / o una caja de ritmo que suena siempre igual / el poema no es cajita de sentimientos políticamente correctos / el poema quema / y cuando el poeta hace de poeta / posa / no mariposa / el fuego del poema se encarga de quemarlo vivo / el poema no soporta la mediocridad / no resiste que se lo insulte con insulsez / no aguanta que se digan tantas pelotudeces juntas / como todas las que acabo de decir / y las que seguramente diré / EL poema quema y yo sigo parloteando con mi menstruo lila / que si lo quise / que si me quiso / que si se dejó su música dentro mío / que si se llevó la que yo era consigo / y el POEMA quema, nena / apurate que su inundación de lava se acerca / estás en la boca del volcán y seguís con tu bordoneo de hembra herida / no jodas más / el poema quema / QUEMA / su carne y su magma también quemaban, claro / te abrasaste las manos con su calor / se te derritieron los dedos de tanto tocar la maravilla / de tanto asir lo inasible / de tanto rozar lo Inalcanzable creíste que ya era tuyo / pero el poema quema como el Sol quemó las alas de Ícaro y las tuyas / el poema, nena, el poema / no la cantilena de tu amor truncado o nunca sido / el poema / el vientre fundacional de la existencia / aunque no sepas qué carajo es la existencia
(26/06/05)
el poema quema y yo sigo escribiendo las pelotudeces acostumbradas / dónde está él / el que pájaro que cogió, voló y se fue / dónde estoy yo / la que se dejó pirovar, pistolear y pirar / el poema quema y yo sigo / me pregunto imbecilidades del íntimo sacro y último hueso del coxis carnudo / como si fueran las preguntas esenciales de la existencia / la existencia / con cursiva / ¿qué carajo es la existencia? / —guarda que ahí vienen las preguntas— / pero el poema quema, boluda / no sigas preguntando / hacé algo, piba / dejá de inquirir como griega peripatética paseando por su academia pandemia oligofrenia / hacé que el verso / —pero qué mierda es EL verso— / te coja más desprevenida de lo que te encontró él tantas veces / el pájaro cantor, sí / el músico / el único / el de la barba chiíta / el más monstruo de todos / el cíclope del amor / pero el POEMA quema, che / basta de regodearte en el regodeo de lo que sólo a tu alma solita concierne / pero ¿qué me concierne entonces? / ¿con qué hago mi poema de nena lela? / sigue preguntando la tipa / no ceja / la preguntona la preguntaina la posesa sin respuesta / el poema quema, baby, ¿no lo oís crepitar en la puerta de tu hornito? / quema / se está quemando / es la leña de la gran pira del mundo / la hoguera de Hawthorne / es una llamarada que lame con su fuego el borde de tu pie lampiño / el poema quema / está quemando su petróleo ígneo / su combustión es la única que deja ver / su fuego quema como un juego / sólo se te chamusca un poquito el pelo / o los cordones de las zapatillas / —pero las zapatillas ahora no tienen cordones, ¿se dieron cuenta?— / el poema quema y yo sigo escribiendo las pelotudeces acostumbradas / que si lo quise y él no / que si escribo palabras raras / ¿qué catzo es una palabra rara? / que si pongo fornifolleo, culipateo / que si digo astorcielo o zappaferno / que si Huidobro o Girondo ya lo hicieron y a mí me importa un huevo / que si rima o no rima / ¡qué mierda, que rime, carajo! / porque el poema quema / se hace trizas en la garganta / crece como mis bebés en el útero / tuve hijos / —y no eran de él— / tuve hijos que no sobrevivieron / porque el poema quema y es lo único que me sobrevivirá / creo / sobre todo si me dejo / —como me dejé con él— / violar violentar vibrar por su cuerda cuerda / la del poema / porque quema / sabelo / —sépanlo— / el poema / el mío y el de cualquiera / QUEMA / su fuego es bienhechor pero traicionero / se apaga cuando la maquinita poética se adueña de la mano que lo quiere empuñar como un arma cargada de futuro o de amor del bueno / se apaga como por arte de birlibirloque cuando el poeta dice una y otra vez lo mismo y lo mismo y lo mismo / como en un looping / o un pamtung / o una caja de ritmo que suena siempre igual / el poema no es cajita de sentimientos políticamente correctos / el poema quema / y cuando el poeta hace de poeta / posa / no mariposa / el fuego del poema se encarga de quemarlo vivo / el poema no soporta la mediocridad / no resiste que se lo insulte con insulsez / no aguanta que se digan tantas pelotudeces juntas / como todas las que acabo de decir / y las que seguramente diré / EL poema quema y yo sigo parloteando con mi menstruo lila / que si lo quise / que si me quiso / que si se dejó su música dentro mío / que si se llevó la que yo era consigo / y el POEMA quema, nena / apurate que su inundación de lava se acerca / estás en la boca del volcán y seguís con tu bordoneo de hembra herida / no jodas más / el poema quema / QUEMA / su carne y su magma también quemaban, claro / te abrasaste las manos con su calor / se te derritieron los dedos de tanto tocar la maravilla / de tanto asir lo inasible / de tanto rozar lo Inalcanzable creíste que ya era tuyo / pero el poema quema como el Sol quemó las alas de Ícaro y las tuyas / el poema, nena, el poema / no la cantilena de tu amor truncado o nunca sido / el poema / el vientre fundacional de la existencia / aunque no sepas qué carajo es la existencia
(26/06/05)
Analía Pinto
1 comentario:
mr gudto lo que encontre en tu blog,me gusta la poesia que quema
claudia
Publicar un comentario