Ahora entiendo,
en su piel ya es de día,
los primeros pájaros
sobrevuelan la calle
como aviones de combate.
En medio del gentío
él acerca su oído,
ella,
- otra ella -
le reza los párpados
y con un infinitivo
apurado pero neutro
supone las piernas.
En mi calle
se abraza la noche,
y leo la luz difusa.
A veces entender
es un junco
envuelto en barro.
daniela piccione
(dana)
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