una mujer que se quedó en el mundo sola con su nombre

Con Penélope

Algunas veces estoy con Penélope
que ahora tiene los ojos con colinas azules.
Me gusta estar con alguien que haya esperado tanto
hasta que la lengua se le escondiera
como un valle seco.
Tiene las manos hinchadas
y los pies arqueados entre espumas.
El corazón se le hizo una madeja
del único color de la angustia.

Hay días en que nos sentamos
al lado de una mujer como ésta
que se quedó en el mundo sola con su nombre
y con una cabellera larga
de hilos cortados y unidos
que se extienden por el aire.

A las mujeres se nos van
herrumbrando los cabellos
como a las embarcaciones
aunque no nos vayamos al mar.
Sólo nos quedan las mejillas agridulces
la cercanía de las palabras con nuestros labios
y el roce del viento más antiguo
atravesándonos los ojos.

marta royo

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿Ésta es la misma Marta Royo que hizo el libro de latín, quien fuera además mi profesora de esa materia en primer año? No sabía que escribiera poesía...

Analía Pinto dijo...

Hola, Ezequiel!
mmm, no creo que sea, esta es una autora costarricense, hasta donde sé.
tal vez tendría que poner data de los autores publicados, pero quería saltearme ese paso acá, ja ja.
gracias por la visitilla!
abrazos

AP
chica_rumiante

¿qué es p o e m a t r i z?

un festival de versos aptos para toda ocasión

un carnaval carioca para el espíritu

una soga donde colgar los poemas como la ropa al sol

un lago donde arrojar las piedritas de nuestros versos irreverentes

una denuncia permanente del error en el que vivimos

un tónico, un bálsamo contra la injusticia y la fealdad

un mentís a los mercaderes del saber (y a los otros también)

un corte de manga a los poeñoños

un de acá a los que suponen que la poesía es corazoncitos arriba de las íes

un gusto, un lujo, un placer, una panzada de hedonismo al alcance del teclado

una sarta infinita de las más variadas perlas

un regalo, un don de los dioses y las musas

un femenino aporte a la masculina confusión general

una brisa del paraíso

una hoja del otoño

un golpe seco en la superficie dormida de las cosas

una caricia, un abrazo, una palmadita en la espalda

un basta a la mediocridad

un rotundo sí al amor

un definitivo no a la muerte

en definitiva

un tajo, una herida, un túnel, un río, un canal, un parto, una luz, un discurso, una música, un deseo, un estertor, un ay, un hilo, Ariadna, un poema, bah