Si puedo dejarte ir como los árboles dejan
ir a sus hojas, tan fácil, una por una;
si llego a saber lo que ellos saben,
que la caída es sosiego, es consumación,
entonces el miedo al tiempo y a la fruta incierta
no turbará los grandes cielos lúcidos,
este otoño tan raro, apacible y sutil.
Si puedo enfrentar lo oscuro con los ojos abiertos,
llamarlo estacional en vez de extraño o cruel
(porque incluso el amor requiere un tiempo de sueño),
y, ante el cambio, quedarme quieta como un árbol
perder lo que pierda para guardar lo que pueda,
con la raíz sólida, viva bajo la nieve
el amor permanecerá —si puedo dejarte ir.
may sarton
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